Construcción

 

Las estufas acumuladoras se construyen con ladrillo refractario de alta calidad. Su estructura consta de una cámara de combustión, un circuito por el que circulan la llama y los gases mientras el fuego está encendido y una salida de humos.

 

Una de nuestras estufas puede pesar entre 1000 y 2000 kg. Todo es material refractario y esto supone una gran inercia térmica. Cada detalle está diseñado para aprovechar al máximo el calor desprendido de cada fuego.

 

Todas nuestras estufas son únicas y están diseñadas para cada vivienda. Se construyen in situ con materiales de alta calidad fabricados en Austria y Alemania para este tipo de estufas. 


Funcionamiento

 

Con una hora de fuego, la estufa está radiando calor durante doce horas. Para cada fuego cargamos la cámara de combustión con 12 kg de leña seca.

 

Durante la hora aproximada que dura la combustión, la llama y los gases de la combustión van recorriendo el circuito de ladrillo refractario, hasta alcanzar finalmente la salida de humos. En ese tiempo, el calor va quedando acumulado en los ladrillos.

 

Pasada una hora, una vez ha finalizado la combustión, se cierra el tiro impidiendo que se escape el calor acumulado por la chimenea. Es entonces cuando los ladrillos refractarios comienzan a ceder el calor a la casa en forma de calor radiante a través de las paredes de la estufa.

 

Durante las siguientes 12 horas, la superficie de la estufa estará caliente y radiando calor sin necesidad de añadir mas leña constantemente. Esto significa que aunque te ausentes el resto del día, al llegar a casa al finalizar la jornada, tu hogar estará a una temperatura ideal.